Llegaste con tus maletas creando un malestar en mi universo.
Aprisionada quedaste en mis barrotes y ya no quisiste salir.
Estoy cansada,
los ánimos de recrearme también se mudaron.
Fueron espantados como pájaros asustados al ritmo de pasos inconscientes.
No tenías derecho.
No tienes derecho de hacer muertos en vida.
Un hedor profundo sale de mi piel marchita de paz,
envejecida de amor.
(Febrero 27, 1992)
Periodista de profesión. Trabajadora Social por convicción. Facilitadora en procesos formativos. Declamadora. Amante de la vida, la sonrisa y el vivir cada día con la intensidad de estar disfrutando el último de mis días. Pienso que el cambio del estatus quo es posible y que las y los empobrecidos merecemos un mundo de respeto, equidad y justicia social.
viernes, 29 de febrero de 2008
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