Si los de abajo nos movemos, los de arriba se caen.

Si los de abajo nos movemos, los de arriba se caen.
Erenia (Leni) Mesa Linares

viernes, 19 de enero de 2018

El Programa de Alimentación Escolar que tiene por propósito esencial garantizar la atención alimenticia y nutricional a la población de niños, adolescentes y jóvenes estudiantes del Sistema Educativo de la República Dominicana. El programa cubre parte de las necesidades alimenticias diarias de los alumnos de centros educativos, reduciendo sus niveles de ausentismo y deserción escolar”. Esa es la definición que podemos encontrar en http://plataformacelac.org/programa/244.

“… garantizar (…) cubrir parte de las necesidades alimenticias diarias  (…), reducir sus niveles de ausentismo y deserción escolar”, son las palabras claves de este enunciado que establece el objetivo que el organismo responsable se estableció como meta. Nadie les impuso este objetivo, los responsables de este componente lo asumieron. Pero, ¿qué está pasando?. Con poco más de 30 horas de clases perdidas porque los centros educativos públicos con tanda extendida y algunos politécnicos del sistema no están recibiendo este servicio.

¿La causa? Silencio total. He intentado obtener informaciones desde la prensa, hurgando en comunicados, noticias recientes, voces oficiales y nada. Nadie da una explicación sobre lo que está sucediendo.

Los centros educativos involucrados han decidido enviar a los chicos y chicas a sus casas, ante la imposibilidad de mantenerlos hasta la hora final establecida para concluir la docencia. 

Lo inquietante es cuando las preguntas empiezan a golpearnos la cabeza (y el corazón): ¿qué pasará con esas horas perdidas? ¿Podrán nuestros hijos e hijas concluir el año escolar con la calidad que se pregona, siendo que no están recibiendo lo que se requiere para asegurar dicha calidad?, pero más aún, ¿qué está pasando con el pago a los proveedores para suministrar el servicio? ¿Quién toma la responsabilidad y hace que esta situación se corrija? ¿Quién, quién, quien?  Usted y yo conocemos la respuesta. Solo es necesario salir de esta inercia y exigir la corrección de esta anomalía educativa.


El pago de mis impuestos me dan el derecho de preguntar y ustedes tienen el deber de responder.


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